Si le preguntas a tus padres ya sabes lo que te van a responder: Lo que te dé más dinero. ¡A la mierda el dinero, el dinero no existe! es un instrumento que inventaron los políticos para reconducirnos. ¿Cuántos votos ganan cuando dicen que suben el salario mínimo que anteriormente bajaron o rebajan impuestos que ellos mismos han creado y subido previamente? No es el dinero lo que necesitas, no es lo que tus padres te quieren inculcar. Sólo quieren que seas feliz y la manera más rápida de llegar a la felicidad es con dinero. Todos los padres pretenden que sus hijos se puedan acostar y despertar cada día con la misma ilusión y la noche, para disfrutar.
La peor sensación que puedes tener, es llegar a tu madurez y tener esa sensación de que lo has conseguido todo en la vida: una carrera universitaria, una vida laboral estable y, una afición a la que le dedicas más tiempo que a tu trabajo y que no te puedes creer que haya gente ganándose la vida por lo que tú haces para divertirte.
Primero: que hoy la moda sea Internet y su entorno, no significa que hacerte informático, community manager, ni blogger sea el eje de tu vida ¿Te acuerdas de los técnicos de riesgos laborales? Yo todavía no conozco a nadie que haya estudiado eso y siga trabajando de eso. Esto no quiere decir que estas carreras no tengan futuro, sólo que si se ven como una oportunidad, hay que aprender de los que quisieron aprender albañilería en el 2007. La oportunidad estaba realmente en los que cobraban al impartir estos cursos.
A veces los padres sólo proyectan sus frustraciones en sus hijos para reconciliarse consigo mismos. Estudia la carrera que tú quieras y equivócate tú, así no podrás culpar a otros de estar en la cola del paro y además con unos conocimientos que no te identifican.
Segundo: si tu meta es barrer playas con rastrillo pero no lo haces porque crees que no hay futuro, recuerda que Belén Esteban pilló a un torero y 16 años más tarde sigue viviendo de ello.
Después: no es la carrera universitaria que elijas la que va a determinar tu éxito en tu vida ni la que te va a poner un audi A6 en el garaje. Es tu disciplina. Tu plan.
Intenta recordar a qué dedicas más de la mitad de tu tiempo libre ¿Internet, libros, deporte, televisión, amistades? Estoy seguro de que a cada una de esas aficiones que tengas existirá una carrera universitaria, una rama o cualquier vía que utilice ese método para desarrollar una profesión o como mínimo formarte en lo que más te gusta. ¿Tú te imaginas cómo sería tu vida si te pagasen por hacer lo que ahora haces por diversión? Pues hay gente que lo consigue y esa gente ya es rica por dentro.
Un ejemplo increíble de lo que es la autodisciplina, el plan del éxito y la obstinación es Patricia Sánchez. Si echas un vistazo a su currículum en la pestaña de Formación verás que lo primero que hizo fue Ingeniería Técnica de diseño industrial. Ya por el nombre yo pienso que debía cobrar 4.000 al mes ¿O no? Pues al año siguiente comenzó a formarse en la hípica. ¿Crees realmente que hizo ingeniería por vocación, o por obligación? El hecho es que ahora es profesora de profesores de doma hípica, que a mí me da la misma sensación de éxito que con la carrera anterior . Ha ganado concursos, torneos, exhibiciones y diplomas demostrando que su vocación ha sido el vehículo más rápido para conseguir el fin que sus padres querrían haciéndole estudiar una carrera prestigiosa.
Querido padre,
Deja que tu hijo o hija estudie lo que quiera porque será en lo que pondrá más energía, por tanto tus ahorros serán mejor invertidos.
Una entrada que completa ésta es: El éxito no es casualidad.