Estas películas no tenían que existir. Qué clase de hijoputismo oportunista tiene una habitación alquilada en Hollywood con el tiempo libre suficiente para pensar en cómo hacer recordar lo que nadie quisiera nunca vivir. Si ya una peli de miedo no da miedo porque sabemos que es mentira, esto es manipulación. Pues ya te lo voy a decir yo, ¡Telecinco, cómo no! aunque mediaset y canal+ también ayudaron en manera.
La película trata de los hechos reales de la familia Española «Álvarez Belón» que fue a Tailandia a pasar las navidades. Después del tsunami que barrió literalmente toda la costa empieza la pesadilla para ellos. Según cuenta la película, que sigue la narración de los que la padecieron, estaban todos en la piscina cuando llegó la primera ola, los arrolló y se separaron. Momentos después el padre encontró a sus dos hijos menores sujetados en los escombros y el hijo mayor y la mujer fueron arrastrados más adelante separados de los demás, que viven su pesadilla en paralelo. La mujer herida grave por todo el cuerpo mantiene la entereza para salvar a su hijo Lucas que está ciertamente sano para la situación vivida. En la película se ve la crueldad de la naturaleza y escenas que para mi gusto son innecesarias, como un bebé de 2 años en un coche a la deriva arrastrado contra la siguiente ola. Quizás ya no soy el malote que escupía por la ventanilla cerrada del coche cuando me paraba la guardia civil, pero el hecho es que yo no puedo ver este tipo de películas. Yo quiero irme a cama con ganas de levantarme al día siguiente.
Si pones en google «tsunami lo imposible» el google muestra las sugerencias de búsquedas con «donde fue», o la gente busca si pasó de verdad. Esto resume un poco la humanidad de hoy en día y la triste realidad del mundo. Lo que para unos es el renacer, para otros es una película, sin más. La diferencia está entre hacer un documental y hacer una película, que le valió un Goya al director, Juan Antonio Bayona, el mismo que el director de El Orfanato, Goya que regaló a la María Belón, protagonista de la película y guionista y que prometió tirar al mar.
La realidad es que la gente olvida lo que duele pero quieren recordar el morbo (esta vez la palabra sí se usa correctamente) de las tragedias de una familia, ya que la película recaudó más de diez millones de euros, más incluso que El Código Da Vinchi. Por muchas vueltas que le queramos dar, somos cotillas por antonomasia, y eso es lo que mueve a la industria del cine.
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