Si le preguntamos a un creyente qué es el mal, o porqué su Dios permite que el mal exista te dirá que el mal es la ausencia del bien, la falta de dios en el ser del que hace el mal. Bueno, de entrada si ¿El mal es la ausencia del bien quién es el Diablo? Lo dicen porque han leído esa leyenda de que Einstein respondió eso a un profesor de ética en sus estudios y es eso, un bulo. A alguien le pareció una respuesta muy ingeniosa y se la atribuyeron al más genio; …Es algo así como que el ser que Dios creó a su imagen y semejanza, reniega de sí mismo y se comporta como lo que no es. Si una persona hace el mal y Dios está en todas partes, cómo es que ya no está precisamente donde más tendría que estar que es en una copia del hacedor del bien. Supongo que para justificar esto, la iglesia creó al Diablo como poseedor del mal y que toma posesión del cuerpo origen del bien.
Bueno, paradojas a parte, si le preguntas a un preso posiblemente te diga que no es libre, pero si le preguntas a Stephen Hawking, que es preso de su silla de ruedas te dirá que nunca se sintió más libre. Así que ¿Es la libertad lo que pensamos que es? Cuando me preguntan qué es la libertad, intento responder a la pregunta que ellos me hacen «¿Puedo hacer lo que quiera?» Y la respuesta es sí, estás libre de hacer lo que quieras y también es tu libertad el ponderar si las consecuencias compensan el acto de libertad en sí. Todos estamos libres de hacer lo que queramos mientras no sea ilegal, no perjudique a otros, no ofendas al gobierno la monarquía o las autoridades… ya que nuestra libertad termina cuando chocamos con la de otro.
Si estamos dispuestos a alejarnos del gozo que suponen los bienes, la compañía humana y seguramente la higiene, ser libre es posible aunque pases el resto de la vida debiendo con la dignidad los gastos que la libertad ha ido facturando por la sociedad. Sin embargo, una vez que hayas encontrado el estado pleno de libertad en tu interior, que ya encuentres una paz completa, comprenderás que no puedes visitar el sol en cuerpo y mente. No eres libre de ir hasta él porque no existen los medios, tecnológicos ni divinos que lo permitan. Tampoco se puede respirar agua. Sólo podemos tragarla y ahogarnos si creemos que los pulmones se convertirán en branquias. Somos libres de tragar agua, sí, pero no de respirarla. Estamos libres de hacer lo que nos apetezca y no estamos libres de asumir las consecuencias.
Así pues, la libertad no es más que un estado de ánimo que empieza o acaba cuando algún factor externo cambia sin que podamos evitarlo porque no somos libres de alterar el entorno a nuestra voluntad. Nos conformamos con ser dueños de nuestras decisiones y a eso le llamamos libertad pero, la libertad no existe.