
Que los españoles tenemos guasa lo saben hasta en la China popular, pero, ahora en Eurovisión también lo van a tener claro. ¿Has visto el vídeo de Edurne? La letra no es difícil de aprender ya que son pocas líneas y si le prestamos atención aparecen esos mensajes subliminales que tanto gustan.
¿Quién no conoce la fábula de los tres tristes tigres trincaban trigo en un trigal? Pues los que han hecho el videoclip de esta canción no pensaban en otra cosa. De los tres vagos que buscando un nombre crearon trivago… llegó Amanecer. Un vídeo inspirado en el señor de los anillos, con ese toque ingenuo infantil que todo hombre tiene dentro.
Resumiéndolo, a Edurne se le declaró su novio al estilo Mordor, ya que el anillo era idéntico que el de Frodo (ahí ya se pasaron). Ella, asustada quizás por el poder y responsabilidad que se le venía encima, o por cómo manchó la ropa al hincar la rodilla en el suelo que, al suponer por el estilo de moda no debía haber lavadoras en aquel entonces, indignó al mancebo que se fue sin más. Por el disgusto, enloqueció y tuvo la regla espontáneamente (la letra dice muy claro: sangré tanto amor). Su corazón que tiene su propio cerebro (je, hombres, no somos los únicos con este problema) le susurró que no volviese sin su amor, así que ella entisgreció –no lo busques en la RAE, estoy esperando a que me lo acepten-, vamos que se convirtió en un tigre para poder tener las fuerzas necesarias para recuperar y no olvidar nunca a su amor que no hay que olvidar que rechazó por omisión cuando lo tenía a huevo. Sin más dilación se fue corriendo por el tigral. ¡No me digas que no es genial, un triste tigre en un trigal! Es que si no le ponemos la puntilla a todo no seríamos different.
A mí la alegoría que más me gusta realmente, más allá de la del triste tigre que eso tiene un toque muy de Twittero, es el estribillo que dice EEeEEeO, que corresponde a la llamada del corazón al cerebro, así al estilo: YEEEEEEEEEEEPA, ESPAAAABIIIIILA…
Si partimos de la base que el último concurso lo ganó un hombre vestido de mujer (indiferentemente de su sexualidad) que su apellido era salchicha, pues no me extraña que nos apuntemos al carro del colegueo, que, a mí éste me ha gustado.