Para qué queremos ser felices ¿Para qué sirve la felicidad? Somos un ser que forma un ente en conjunto al resto de nuestra especie, que cada uno duramos en la vida lo que dura un suspiro en lo que al cronómetro del universo se refiere y la era humana durará lo que pueda durar; cuando termine, la naturaleza sustituirá, seguramente con mejoras, el vértice de la evolución.
Una evolución que tampoco se sabe a dónde quiere llegar o ni siquiera si tiene un objetivo. La vida es un invitado del universo (o un polizón) y, pienso que tampoco el universo tiene un objetivo en su afán de expansión, si no que, simplemente, ocupa el lugar que le ha tocado, como una pieza más de un puzle. Influyendo en su entorno tanto como su presencia logre y sin más.
Si estuviéramos sentados en la vía del tren mientras éste se acerca tan felices de ser lo que somos, no tendríamos el impulso necesario para saltar de manera sobrehumana y salvar la vida. No es la felicidad lo que nos mantiene vivos. Si estuviéramos en el bosque y nos encontrásemos con un oso hambriento y enfurecido, la felicidad de conocerlo no nos provocaría huir y nos comería, transportando así la felicidad a otro ser vivo. Ahora, si estás feliz sentado en la vía del tren, tan pronto como lo veas venir seguro que te cambia la cara y dejas de estarlo. Así que, ¿Qué dura la felicidad, qué es y porqué la gozamos como si valiese para algo?.
Lo cierto es que la vida nos ha envenenado con sus intenciones y costumbres y, aunque sin saber del todo para qué, nos dejamos llevar por la misma inercia con la que los planetas giran alrededor de una estrella, que tampoco les lleva a ningún lugar.
Quizás imaginamos a la felicidad como lo que nuestra imaginación fue idealizando con el paso del tiempo y tenemos una idea muy distorsionada, como pasó con los dioses religiosos. Si un hijo me preguntase qué es la felicidad, después de varias poesías improvisadas le diría que,
Ver un animal muerto y no sufrir, ver un amigo muerto y no sufrir. Ver mi reflejo en un espejo y no sufrir. Leer mi nómina y no sufrir, eso es felicidad. La ausencia de sufrimiento ya es en sí felicidad, de la misma manera que la luz es la ausencia de la oscuridad y la maldad es la ausencia del bien.
No creo que arreglar todos mis problemas me haga feliz. Cuando arregle todos mis problemas aparecerán los problemas de otros, o el gran problema de no poder ayudar a todos por igual. Entender la vida tal como es, tosca, imperturbable, quizás sea lo que nos haga estar en paz mientras rondamos la muerte que no es algo malo ni un destino, si no la ausencia de vida.